jueves, 16 de febrero de 2012

Rubaiyat

VIII

conformarte en este mundo con po-
cos amigos. No busques propiciar la
simpatía que alguien te inspiró. Antes 
de estrechar la mano de un hombre,
piensa si ella no ha de golpearse un día.

XXIII

 ¿por qué te angustia Khayyám, el
excesivo pecar? Inútil es tu tristeza.
¿qué hay después de la muerte? La nada
o la misericordia.

XXXII

la vida no es mas que un juego 
monótono en el que sólo tienes la cer-
teza de obtener dos premios: el dolor y
la muerte. ¡feliz el niño que murió al
nacer! ¡Más feliz aún el que no nació!

XXXVI

el creador del mundo y las estrellas
se excedió a si mismo cuando creó el
dolor. labios como rubíes, guedejas
embalsamadas ¿qué número alcanzásteis
sobre la tierra?

XLIV

bebe vino: ¡largo será el tiempo que
dormirás bajo la tierra sin mujer y sin
amigo! Oye este secreto: los tulipanes
marchitos no resucitan jamás.

LIX

mi nacimiento no trajo ningún bien
al mundo. Mi muerte no disminuirá ni
su esplendor ni su grandeza. Nadie
pudo jamás explicarme para qué he ve-
nido ni por qué he venido ni por qué
me iré.

LXXIII

¿por qué tanta delicadeza, tanta ter-
nura al comienzo de nuestro amor? ¿por
qué tantos cariños, tantas delicias des-
pues? ¿y por qué tu único placer es 
desgarrar mi corazón...? ¿por qué?


LXXXVI
¡Oh reciario de corazones: toma
Un cántaro y un cáliz! Sentémonos a la ori-
Lla de este arroyo. Esbelto adolescente de
Luminoso rostro: te miro y adivino el
Cántaro y el cáliz que serás un día.

LXXXVII
Hace mucho que mi juventud yace
Entre las cosas muertas. Primavera de mí
Vida: ¡te pierdes doy donde se pierden
Las pasadas primaveras! ¡Oh juventud:
Has partido inadvertida! Tal como día a
Día se debilita el dulzor primaveral.

 XCI
Certeza y duda, error y verdad, pa-
Labras vacías como burbujas, irisada u
Opaca, esta burbuja es la imagen de la
Vida.

XCIII
Escucha este profundo secreto cuan-
Do la primera aurora iluminó el mundo,
Adán era ya una criatura doliente que
Anhelaba la noche y rezagaba por la
Muerte.     

CI
¿Dónde están nuestros amigos? ¿Los
Derribó y pisoteó la muerte? ¿Dónde
Están? Oigo aún sus báquicas cantigas.
¿Están muertos o ebrios de la vida?

CXVI
Decía una rosa: “soy la delicia del
Mundo. ¿Es posible que un perfumista
Me haga sufrir?” cantaba un ruiseñor
“un día la felicidad engendra un año de
Lagrimas.”
 
CLXV
Lámparas que se apagan, esperanzas
Que se encienden: es la aurora. Lámpa-
Ras que se encienden, esperanzas que se
Apagan en la noche.

CLXX
Laúdes, cálices, y perfumes, rizos y
Ojos almendrados: juguetes que el tiem-
Po pudre, ¡juguetes! Austeridad, labor y
Meditación, soledad, oración y renuncia
Cenizas que el tiempo disemina, ¡ceni-
Zas!
Omar Khayyam

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