VIII
conformarte en este mundo con po-
cos amigos. No busques propiciar la
simpatía que alguien te inspiró. Antes
de estrechar la mano de un hombre,
piensa si ella no ha de golpearse un día.
XXIII
¿por qué te angustia Khayyám, el
excesivo pecar? Inútil es tu tristeza.
¿qué hay después de la muerte? La nada
o la misericordia.
XXXII
la vida no es mas que un juego
monótono en el que sólo tienes la cer-
teza de obtener dos premios: el dolor y
la muerte. ¡feliz el niño que murió al
nacer! ¡Más feliz aún el que no nació!
XXXVI
el creador del mundo y las estrellas
se excedió a si mismo cuando creó el
dolor. labios como rubíes, guedejas
embalsamadas ¿qué número alcanzásteis
sobre la tierra?
XLIV
bebe vino: ¡largo será el tiempo que
dormirás bajo la tierra sin mujer y sin
amigo! Oye este secreto: los tulipanes
marchitos no resucitan jamás.
LIX
mi nacimiento no trajo ningún bien
al mundo. Mi muerte no disminuirá ni
su esplendor ni su grandeza. Nadie
pudo jamás explicarme para qué he ve-
nido ni por qué he venido ni por qué
me iré.
LXXIII
¿por qué tanta delicadeza, tanta ter-
nura al comienzo de nuestro amor? ¿por
qué tantos cariños, tantas delicias des-
pues? ¿y por qué tu único placer es
desgarrar mi corazón...? ¿por qué?
LXXXVI
¡Oh
reciario de corazones: toma
Un
cántaro y un cáliz! Sentémonos a la ori-
Lla
de este arroyo. Esbelto adolescente de
Luminoso
rostro: te miro y adivino el
Cántaro
y el cáliz que serás un día.
LXXXVII
Hace
mucho que mi juventud yace
Entre
las cosas muertas. Primavera de mí
Vida:
¡te pierdes doy donde se pierden
Las
pasadas primaveras! ¡Oh juventud:
Has
partido inadvertida! Tal como día a
Día
se debilita el dulzor primaveral.
XCI
Certeza
y duda, error y verdad, pa-
Labras
vacías como burbujas, irisada u
Opaca,
esta burbuja es la imagen de la
Vida.
XCIII
Escucha
este profundo secreto cuan-
Do
la primera aurora iluminó el mundo,
Adán
era ya una criatura doliente que
Anhelaba
la noche y rezagaba por la
Muerte.
CI
¿Dónde
están nuestros amigos? ¿Los
Derribó
y pisoteó la muerte? ¿Dónde
Están?
Oigo aún sus báquicas cantigas.
¿Están
muertos o ebrios de la vida?
CXVI
Decía
una rosa: “soy la delicia del
Mundo.
¿Es posible que un perfumista
Me
haga sufrir?” cantaba un ruiseñor
“un
día la felicidad engendra un año de
Lagrimas.”
CLXV
Lámparas
que se apagan, esperanzas
Que
se encienden: es la aurora. Lámpa-
Ras
que se encienden, esperanzas que se
Apagan
en la noche.
CLXX
Laúdes,
cálices, y perfumes, rizos y
Ojos
almendrados: juguetes que el tiem-
Po pudre,
¡juguetes! Austeridad, labor y
Meditación,
soledad, oración y renuncia
Cenizas
que el tiempo disemina, ¡ceni-
Zas!
Omar Khayyam
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