La ultima Inocencia 1.956
La
Enamorada
Esta lúgubre manía de vivir
Esta recóndita humorada de vivir
Te arrastra Alejandra no lo niegues
Hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió
Enviarás mensajes sonreirás
tremolaras tus manos así volverá
tu amado tan amado
Oyes la demente sirena que lo robó
El Greco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
Oh nada de
angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú.
Te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada ¿a dónde vas?
desesperada ¡nada más!
La Última Inocencia
Partir
en cuerpo y alma
partir.
Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.
He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más formar fila para morir
He de partir
Pero arremete ¡viajera!
Las aventuras perdidas
1.985
La jaula
Afuera hay sol
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después canta.
Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.
Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.
Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.
La caída
Música jamás oída,
amada en angustias fiestas.
¿Ya nunca volveré a abrazar
al que vendrá después del final?
Pero esta inocente necesidad de viajar
entre plegarias y aullidos.
Yo no sé. No sé sino del rostro
de cien ojos de piedras
que llora junto al silencio
y que me espera.
Jardín recorrido en lágrimas,
habitantes que besé
cuando mi muerte aún no había nacido.
En el viento sagrado
tejían mi destino.
El Ausente
1
La sangre quiere sentarse.
Le han robado su razón de amor.
Ausencia desnuda.
Me deliro, me desplumo.
¿Qué diría el mundo si Dios
lo hubiese abandonado así?
2
Sin ti
el sol cae como un muerto abandonado
Sin ti me tomo en mis brazos
y me llevo a la vida
a mendigar fervor.
Otro Poemas 1.959
Silencio
yo me uno al silencio
y me dejo hacer
me dejo beber
me dejo decir
los náufragos detrás de la sombra
abrazaron a la que se suicido
con el silencio de su sangre
la noche bebió vino
y bailó desnuda entre los huesos de la niebla
animal lanzado a un rastro más lejano
o muchacha desnuda sentada en el olvido
mientras su cabeza rota vaga llorando
en busca de un cuerpo más puro
luego
cuando se mueran
yo bailaré
perdida en la luz del vino
y el amante de la medianoche
Viajera de corazón de pájaro negro
tuya es la soledad a medianoche
tuyos los animales sabios que pueblan tu sueño
en espera de la palabra antigua
tuyo el amor y su sonido roto.
Árbol de Diana 1.962
Los Trabajos y las Noches 1.965
Poema
Tú elijes el lugar de la herida
en donde hablamos nuestro silencio.
Tú haces de mi vida
esta ceremonia demasiado pura.
Encuentro
Alguien entra en el silencio y me abandona.
Ahora la soledad no está sola.
Tú hablas como la noche.
Te anuncias como la sed.
El Olvido
en la otra orilla de la noche
el amor es posible
-llévame-
llévame entre las dulces sustancias
que mueren cada día en tu memoria
Nombrarte
No el poema de tu ausencia,
sólo un dibujo, una grieta en un muro
algo en el viento, un sabor amargo.
Sombra de los Días a Venir
A. Ivonne A. Bordelois
Mañana
me vestirán con cenizas al alba.
me llenaran la boca con flores.
Aprenderé a dormir
en la memoria de un muro,
en la respiración
de un animal que sueña.
Extracción de la Piedra
de Locura
1.968
a mi madre.
Contemplación
Murieron las formas despavoridas y no hubo
más un afuera y un adentro. Nadie estaba escu-
chando el lugar por que el lugar no existía.
con el propósito de escuchar están escuchando
el
lugar. Adentro de tu máscara relampaguea la
noche. Te atraviesan con graznidos. Te martillean
con pájaros negros. Colores enemigos se unen en la
tragedia.
En la Otra Madrugada
Veo crecer hasta mis ojos figuras de silencio y
desesperadas. Escucho grises, densas voces en el
antiguo lugar del corazón.
Figuras y Silencios
Manos crispadas me confinan al exilio.
Ayúdame a no pedir ayuda.
Me quieren anochecer, me van a morir.
Ayúdame a no pedir ayuda.
Tete De Jeune Fille (Odilon Redon)
de música la lluvia
de silencio los años
que pasan una noche
mi cuerpo nunca más
podrá recordarse.
a André Pierre de Mandiargues
El Infierno Musical 1.971
I
Figuras del Pensamiento
Cold In
Hand Blues
y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo miedo
El Infierno Musical
Golpean con soles
Nada se acopla con nada aquí
Y de tanto animal muerto en el cementerio de
huesos filosos de mi memoria
Y de tantas monjas como cuervos que se pre-
cipitan a hurgar entre mis piernas
La cantidad de fragmentos me desgarra
Impuro diálogo
Un proyectarse desesperado de la materia
verbal
Liberada a sí misma
Naufragando en sí misma
Signos
Todo hace el amor con el silencio.
Me habían prometido un silencio como fuego,
una casa de silencio.
De pronto el templo es un circo y la luz un
tambor.
III
Figuras de la Ausencia
Los de lo Oculto
para que las palabras no basten es preciso
alguna muerte en el corazón.
La luz del lenguaje me cubre como una música,
imagen mordida por los perros del desconsuelo, y
el invierno sobre mí como la enamorada del
muro.
Cuando espero dejar de esperar, sucede tu
caída de mí. Ya no soy más que un adentro.
Poemas (No Reunidos en Libros)
Cenizas
La noche se astillo en estrellas
mirándome alucinada
el aire arroja odio
embellecido su rostro
con música.
Pronto nos iremos
Arcano sueño
antepasado de mi sonrisa
el mundo está demacrado
y hay candado pero no llaves
y hay pavor pero no lágrimas.
¿Qué haré conmigo?
Porque a Ti te debo lo que soy
Pero no tengo mañana
Por que a ti te…
La noche sufre.
Un Nuevo, Un Viejo Temblor
Callar hasta que el silencio, por si sólo deje de
manar.
Al negro sol del silencio las palabras se doraban.
Algo
noche que te vas
dame la mano
obra de ángel bullente
los días se suicidan
¿Por qué?
noche que te vas
buenas noches
Noche
Poco sé de la noche
pero la noche parece saber de mí,
y más aún, me asiste como si me quisiera,
me cubre la existencia con sus estrellas.
Tal vez las palabras sean lo único que existe
en el enorme vacío de los siglos
que nos arañan el alma con sus recuerdos.
Pero la noche ha de conocer la miseria
que bebe nuestra sangre y de nuestras ideas.
Ella debe arrojar odio a nuestras miradas
sabiéndolas llenas de intereses, de desencuentros.
Pero sucede que oigo a la noche llorar en mis
huesos.
Su lágrima inmensa delira
y grita que algo se fue para siempre.
Alguna Vez Volveremos a ser.
Siempre
Cansada del estruendo mágico de las vocales
Cansada de inquirir con los ojos elevados
Cansada de aquel amar que no sucedió
Cansada de mis pies que sólo saben caminar
Cansada de la insidiosa fuga de preguntas
Cansada de
abrir la boca y beber el viento
Cansada de sostener las mismas vísceras
Cansada del mar indiferente a mis angustias
¡Cansada de Dios! ¡Cansada de Dio!
Cansada por fin de las muertes de turno
a la espera de la hermana mayor
a la otra gran muerte
dulce morada para tanto cansancio.
Balada de la Piedra
que Llora
La muerte se muere de risa pero la vida
se muere de llanto pero la muerte pero la vida
pero nada nada nada.
Una Melodía
Flores amarillas constelan un círculo de tierra
azul.
El agua tiembla llena de viento. Tus lágrimas
han resultado
tan buenas como las de la pequeña huérfana de
las ruinas.
Éxtasis rescatado de golpe de llanto.
Solo un Nombre
Alejandra Alejandra
debajo estoy yo
Alejandra
Artes Invisibles
Tú que cantas todas mis muertes.
Tú que cantas lo que no confías
al sueño del tiempo,
descríbeme la casa del vacío,
háblame de esas palabras vestidas de féretros
que habitan mi inocencia.
Con todas mis muertes
yo me entrego a mi muerte,
con puñados de infancia,
con deseos ebrios
que no anduvieron bajo el sol,
y no hay una palabra madrugadora
que le dé la razón a la muerte,
y no hay un dios donde morir sin muecas.
Exilio
A Raúl Gustavo Aguirre
Esta manía de saberme ángel
sin edad,
sin muerte en que vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.
¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?
Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.
Noche
Quoi, toujours?
Entre moi sans cesse
et le
bonheur!
G. De Nerval.
Tal
vez esta noche no es noche,
debe
ser un sol horrendo, o
lo
otro, o cualquier cosa…
¡Qué
sé yo! ¡faltan palabras,
falta
candor, falta poesía
cuando
la sangre llora y llora!
¡Pudiera
ser tan feliz esta noche!
Si
sólo me fuera dado palpar
las
sombras, oír pasos,
decir
“buenas noches” a cualquiera
que
pasease a su perro,
miraría
la luna, dijera su
extraña
lactescencia, tropezaría
con
piedras, al azar, como se hace.
Pero
hay algo que rompe la piel,
una
ciega furia
que
corre por mis venas
¡Quiero
salir! cancerbero del alma:
¡Deja,
déjame traspasar tu sonrisa!
¡Pudiera
ser tan feliz esta noche!
Aún
quedan ensueños rezagados.
¡Y
tantos libros! ¡Y tantas luces!
¡Y
mis pocos años! ¿Por qué no?
La
muerte está lejana. No me mira.
¡tanta
vida Señor!
¿Para
que tanta vida?
In
Memoriam Janis Joplin
Tus
ganas de ladrar en ves de
cantar
dulce y a morirse luego.
Cantar
como, para la gitana de Rousseau dormir
más
las lecciones de terror.
Es
preciso llorar tanto para poder decir
la
más pequeña canción.
Gritar
tanto para cubrir los agujeros de la
ausencia.
Vos
y yo no hicimos otra cosa.
Me
pregunto si eso no aumentó el error
sé
de que momentos de abandono estuvo
agujereada
tu
vida.
Hiciste
bien
por
eso me confío a una niña mounstro
1967
Los
Pequeños Cantos 1.971
Textos
de Sombra y Últimos
Poemas
(1.963 – 1.968)
Buscar
No
es un verbo sino un vértigo. No indica acción.
No
requiere decir ir al encuentro sino yacer
porque alguien no viene.
Diarios
1.960 – 1.968
El Poeta
y su Poema 1.962
El poema
y su Lector 1.967
El Verbo
Encarnado 1.968
La
Condesa Sangrienta 1.971
25 de Septiembre de 1972
Alejandra Pizarnik
Fallece