Diarios
Alejandra
Pizarnik 29 de Abril de 1936 – 25 de Septiembre de 1972
Introducción
Por esta época también es cuando empieza a hablar de crear lenguaje. Por que este lenguaje
sufre. Sufre por que es consciente de que esa búsqueda la separa; vuelve imposible
el amor, la cotidianidad del amor, la pareja, los domingos en familia, las
obligaciones comunes y corrientes, las distracciones.
El lenguaje que Pizarnik aspira no admite distracciones. Y el precio a pagar es
muy alto.
Lo mejor que se me ocurre es una especie de diario dirigido a…Es
decir; no serían cartas ni un diario común. Podría estar dividido en dos o tres
partes. Una dedicada al amor, la otra a la angustia, la tercera a mon dieu!, acá ya seria cuestión de
resolverse, de elegir: o captar al mundo o rechazarlo.
De esto tratarán sus diarios hasta el final de su vida: de amor y
de sexo, de angustia, “de elegir: o captar al mundo o rechazarlo”. Habla del
deseo, de las formas del deseo en ella, analizándolas y nombrándolas con tanta
lucidez y claridad que la convierten innegablemente en nuestra contemporánea.
Los diarios de Alejandra Pizarnik constituyen un paso adelante en
nuestra madurez artística. Colocan a nuestra literatura en el fiel de
modernidad. Que su lectura sirva para entender que la vida de Alejandra no fue
una pose, que fue una escritora, que le dolió serlo, porque casi nadie podría
mirarla y comprenderla y amarla tal cual era, y cuidarla, para que pudiera
seguir escribiendo como ella eso que apenas si se oye entre nosotros o dentro de
nosotros, nadie decía como ella nosotros.
Ana Becciu.
1956
Verano
tanto
miedo Alejandra
tanto
miedo
la nada
te espera
la nada
¿por
qué temer?
¿por
qué?
por más imaginación que tenga
no puedo esbozar la muerte
no puedo pensarme muerta
¿he de tener esperanzas?
¿he de ser eterna?
¿qué es entonces esta vació que me recorre?
¿qué es entonces la nada que camina por mí ser?
solo sé que no puedo más
siento envidia del lector aún no nacido
que leerá mis poemas
y yo no estaré.
Mar de plata, 2
de febrero
Futuro
me dicen
tienes la vida por delante
pero miro
y no veo nada
Rezo
pequeño poema
no me huyas
no armes abismos
entre mi alma y tú
1957
Lunes, 4
Amamos a lo que se nos hace carencia. Imposible desear lo que ya
no está en mi mano (vieja verdad socrática que recién ahora encarna en mí
conscientemente). De allí el Mito de Mi Amor Imposible: carencia, nada más. Una
muchacha sedienta en el desierto y un manantial que no da de beber cuando ella
se acerca. ¿Qué sucedería si ella pudiese beber? Ah, muchas cosas cambiarían.
Me seria beneficioso puesto que yo no amo la sed. (Gide…)
Diciembre
Miércoles, 4
(La
gran pitonisa se encoge de hombros)
“soy la
gran pitonisa, tengo los oídos llenos de whisky y
el
corazón lleno de salamandras.”
(así se
presentó. Tuve miedo)
1958
Domingo, 2
…Y también olvidarme de todos. Pero sobre todo continuar
sosteniéndome en la durísima tarea de no pensar “el amor imposible”, causa de
todos mis males. Esto es lo más difícil. Y particularmente para mí, que no me
llegan compensaciones externas que pudieran impulsarme a sustituir al objeto amado. Pero sé que mi única
posibilidad de salvación consiste en aceptar con naturalidad esta carencia
afectiva.
Mi única posibilidad de salvación, si, ahora comprendo
absolutamente que mi amor se vera correspondido, que hasta hoy me sustentaba
alguna esperanza absurda e infantil, sin fundamento alguna a la realidad. Pero
hoy, recordando el ayer, recobrando palabras y sucesos que dormían debajo de mi
memoria he tomado conciencia de la futilidad de mi espera. Ahora bien, resta la
locura o la muerte, porque yo comprendo que solo por mi amor vivo, que sólo él
me enlaza a la vida. Y tal vez no quisiera que fuese así, si bien reconozco que
ello debo mis horas más intensas, más fecundas emocionalmente, las que no poco
hicieron por mis poemas. A mi amor debo casi todos mis estados de exaltación.
8 de febrero
Noche
Como si la peste se hubiera enamorado de mi destino. Como si la
palabra jamás huera del mundo para venir a buscar amparo en mí. Tal es (tachado).
Sábado
Solo arena y niebla.
Imposible la libertad en la irrealidad. ¿Cómo vencer mi manía de
la idealización? ¿Cómo cortar el ombligo
umbilical? ¿y para cuándo la aceptación de la adultez? ¿Cómo trascender si me vienen unas ganas irreprimibles de ser
uan niña muy pequeña, sin pensamientos, sin actos, una niña que llora mucho y
pide amor? Una mano, unos labios, una caricia… Todo levísimo, con espuma, con
alas. He aquí lo único que me interesa. Lo demás, es interés forzado.
Obligación. De allí mi imposibilidad de comunicación con los otros. Ando en
busca de esa mano, de esos labios… Y no es posible encontrarlos. Y aunque los
encontrara nada seria posible, por que me da horrenda vergüenza sentir esto que
siento mientras el espejo certifica una muchacha de veintiún años, devorada por
la irrealidad.
Llorar, arrancar ríos de
mis ojos. Secuestrar todas lágrimas y guardármelas. Llorar, es necesario
hundirse en un rincón y llorar muchos años.
Aunque yo corra en llanuras y mendigue amor de puerta en puerta
¿no lloraras para mí? No invocarlo, no invocarlo. Morderse los dientes, comerse
la voz, pero callar, callar como las piedras cuando meditan en la muerte.
Miércoles
Ni sombra,
ni nombre,
mi carencia
Todo se reduce
a un sol muerto.
Todo es el mundo
y la soledad
como dos animales muertos
tendidos en el desierto.
21 de abril
Rien qu'une femme dans le silence de la solitude (Nada más que una mujer, en el
silencio de la soledad.)
1959
15 de enero
No creo aún en mi muerte. Por eso soy una niña.
Mi imagen de la felicidad es un dedicarse al estudio, en un
escribir. Y amar. No puedo amar. No amo a nadie. Pero lo quisiera. Quiero amar
a un hombre. Creo que no será posible debido a mi imposibilidad de amar.
1) No veo a los otros sino que me
reflejo en ellos, recojo en ellos mi imagen.
2) Sólo me siento en mí, es decir,
a mi (tachado).
3) Ningún ser me da la medida del
misterio que yo busco desesperadamente.
Y cuando siento ese misterio es porque ese ser me niega (caso O.
cuando lo conocí). Hay otros motivos: mis complejos de inferioridad; creer que
nadie se hará cargo de mí por el amor. Esto es erróneo. Podría ser un amor
equivalente en el que nadie se hace cargo de nadie sino que hay dos compañeros,
dos que se aman y se sostienen mutuamente. pero mi infantilismo, mi horrible
anhelo de padres, mi deseo de ampararme en otro y que me ame como a una niña
enferma. por otra parte, soy tan ficticia que mi aspecto desmiente cualquier
deseo mío de protección. nadie como yo tiene una apariencia tan sólida y
fuerte.
1960
11 de noviembre,
sábado
*Si alguien te ama no morirás pronto; vivirás muchos años y tu
vida crecerá como la higuera de Rilke*
Martes…8h de la
mañana
Anoche pensé en que medios usare para suicidarme.
hoy, al despertar, retorno a mí una canción judía que me
apasionaba a los 8 o 9 años. la tarareaba y cantaba sin considerar su texto.
hoy volvió y supe que lo que más me había conmovido era esto: “Adónde iré.
golpeo cada puerta y cada puerta esta cerrada.”
Sábado 24, 9 h
para apiadar a alguien, para excitar el amor de alguien. y me dije
que no hay para quién llorar, no hay para quién sufrir. a quién demostrar que
se sufre, ¿a los demás, a los otros? ¿Es lo que los demás no sufren? ¿Es que
será un sentimiento religioso? Lo que pasa es que cada vez que descubro algo,
algo terrible y peligroso, necesito comprobarlo con mi sufrimiento. Quiero
decir, por haber descubierto que no hay dios necesito castigarme.
…
A veces me pregunto si mi enorme sufrimiento no es una defensa
contra el hastió. Cuando sufro no me aburro, cuando sufro vivo intensamente y
mi vida es interesante, llena de emociones y peripecias. En verdad, sólo vivo
cuando sufro, es mi manera de vivir. Pero algo en mí no quiere sufrir. Algo
quisiera observar y callar, analizar y tomar nota.
…
Mi vida es demasiado grande para mí; tal vez yo no me merezco, tal
vez yo soy demasiado pobre para poder aceptar y contener todo lo que he vivido
y sufrido. (Esta sensación de escisión de mi ser me atemoriza. Es
constante.) Una sola cosa sé: mi
problema esencial es con la gente, con los otros. Y todo es muy sencillo: si
los otros me sonríen soy feliz. Si me miran con hostilidad sufro como un
personaje de tragedia griega. Pero no es tan simple: también hay una que soy yo
a la que le importa absolutamente nada los otros, hay alguien que se encoge de
hombros ante los otros y lo que puedan y lo que puedan pensar o hacer.
1961
9 de enero
Que
pasó para entrar, de repente, la canción de la quemada.
Me
dolía la memoria, me dolían los ojos, me dolía el espejo en
que me
miré.
Habían
hechos harapos mi amor y mi cordura. Creía en su rostro
y creía
en la inocencia detrás de mi mirada.
Me
presenté: te doy, te soy.
Martes, 17 de enero
Soy yo
quien se va
pero
eres tú quien me dice que me vaya:
no has
venido.
26 de enero
Hoy, cuando el autobús en que viajaba
se detuvo, vi por la ventanilla un hombre joven que me miraba con lasciva e
interés intelectual. Me angustió y lo miré colérica pero lo miré de nuevo y
allí estaba mirándome. Cuando el autobús se puso en marcha asistí asombrada a
la apertura de mi rostro que le sonreía hermosamente. Pero cuando no lo vi más
me subió el llanto y me dije: “otro paraíso perdido”.
24 de marzo
Esta espera inenarrable, esta tensión de todo el ser, este viejo
hábito de esperar a quien sé que no va a venir. De esto moriré, de espera
oxidada, de polvo aguardador. Y cuando lleve un gran tiempo muerta, sé que mis
huesos aún estarán erguidos, esperando: mis huesos serán a la manera de perros
fieles, sumamente tristes cima del abandono. Y cuando recién muera, cuando
inaugure en mi muerte, mi ser en súbita erección restará petrificado en forma
de abandonada esperadora, en forma de enamorada sin causa. Y he aquí lo que me
mata, he aquí la forma de mi enfermad, el nombre de lo que me muerde como un
tigre crecido súbitamente en mi garganta, nacido de mi llamado.
31 de julio
La ausencia, el sin amor, la certeza –su descubrimiento- de que
sin amor me ahogo y siempre me ahogué. Pero la ausencia viva, el cuerpo de la
ausencia, tocarla, respirarla. Esfuerzo inédito esta espera sostenida por mí,
hecha a mano, a alma.
11 de diciembre
Aprender a tocar a los objetos, acariciarlos como quien conoce
largamente sus misterios.
1962
4 de marzo
No llores con tus ojos grises porque tus ojos no se parecen a las
estrellas.
El humo, el gris, la niebla: ¿con qué escribir el poema sin estos
brazos rígidos, sin estos huesos torcidos de abrazar sombras? Me veo despertar,
me veo ver que no está, me veo por el ojo de la cerradura: mi atroz
imaginación, no entiendo el por qué de tanta ausencia.
26 de mayo
El miedo feroz. La sonrisa de alguien que me mira con afecto,
alguien se preocupa por mi miedo. Entonces, sentirme pura, inocente. La
infancia más cercana, sin amenazas. Por que alguien se preocupa por tu vacío.
Y yo moriría mil veces por poder recibir amor sin pedirlo, sin
haberme dado cuenta ser llevada, de improviso, aun sitio en que los se miran
sin desprecio. Pero hubo de pasar tanto terror y tanto miedo de mal agüero para
llegar cansada, feliz y doliente a mirar unos que no me dañan.
¡Pero el amor es el amor, y el tiempo mueve juncos y adelfas para
que se encuentren con la muerte!
R. Molinari
danzando
en el filo de un cuchillo.
4 de julio
Enfermedad de la imaginación. Enfermedades imaginarias. Nada puede
sucederme pues todo ya ha sucedido en mi imaginación.
Mendigando afecto, interés. Te cortarías una mano para que alguien
la levante, alguien el toque. Pero la levantarían con una pala. Seguro que sí.
22 de julio
Pequeños suicidios silenciosos. Extraño haber caído tan al fondo
después de tantas precauciones. Se caminó toda la noche a tientas: no se lloró;
no se gimió; ni siquiera se respiró todo lo que se necesitaba. Pero te
descubrieron igual. Como si nada.
27 de julio,
viernes
Si se dejara ir, si se dejara dejarse, ah, entonces podría ir a
cualquier lado, si se dejara o dejarse o dejaría.
*Elle
n’en pouvait plus d’exister.*
Malditos relojes. Cada instante que me
pasa me desangra, como si me pasara a mí. Nada más idiota que la experiencia
del tiempo por los relojes y no obstante aquí estoy: temiendo que se haga
tarde. Pero sólo es tarde sino que es noche.
28 de julio
Cuando yo muera, ¿Quién me lo va a decir? (esto le dije pero mis
palabras eran como máscaras solitarias caminando a la altura de un rostro en
una tarde de lluvia.)
No eres tú la culpable de que tu poema hable de lo que no es. Si
habla de lo que es quiere decir que alguien no vino en vez de venir.
Recién escribí un cuento que me hunde en una tristeza como de
habitación polvorienta, vieja, mal iluminada, son las 12 de la noche, sin duda,
dentro de los cuarenta años, escribiré con una mano temblorosa: son las 12 de
la noche en mi augusta vejez. La noche está del otro lado de mi ventana y yo,
encerrada en una habitación triste, polvorienta, mal iluminada. Me acuerdo de
una noche de 1962 (era el 28 de julio a las 24 horas): yo tenía miedo y para
distraerme prefiguré mi futuro; me imaginé en una noche del año 2002
escribiendo en una habitación vieja, polvorienta, mal iluminada, un texto que
comenzaba así: La noche está del otro lado de la ventana, etc., etc.
SAINT-TROPEZ
Sábado, 25 de
agosto
Vida frágil, absurda, cómica, triste. Hagas lo que hagas, aunque
escribas la divina comedia, seguirás
siendo alguien muy ridícula, muy melancólica, pintoresca y graciosa durante
unos minutos, fatigante y atrozmente aburrida en la convivencia diaria.
20 de septiembre
Te hemos dado lo necesario para un puro comprender. No has
aceptado, preferiste arder en un fuego extraño. (Si lo que me sucede es el amor
debo preguntar qué es el amor).
23 de septiembre
Mi memoria vela el cadáver de la que fui. Voz de la violada
alzándose en la medianoche, a pesar de mis cualidades de humorista digo que una
infancia ultrajada merece el más grande silencio.
Sábado, 24 de
noviembre.
Alma querida: si me dijeras: respira callada; el aire augura
formas completas; luces extrañas se avecinan; pies azules pisan manos verdes
por venir a defenderte. Si me dijeras: respira, mi confiada; la luna no monta
cuervos; podrás hablar en futuro sin asfixiarte; nadie muere en tu memoria; no
tienes por qué realizar funerales mentales, empresa demasiado seria para tus
ojos delicados. Tómale el pulso a un pájaro que tenga colores vivos; verás que
te sumerges en un puro despertar. Alma querida; si me dijeras: no busques más,
ángel abrazado, no bebas más, no dejes que te la hagan, si me dijeras como me
dijiste, el horizonte atroz se equivocó de nombre. No eras tú la esperadora de
un barco fantasma. Abandona tu muelle de perros hambrientos. Origina de
inmediato un espacio musical donde dejar nuestras desnudeces. Alma querida: si
estuvieras, si me dijeras, si vinieras, si me salvaras.
1963
2 de marzo, sábado
Es el subsuelo. No veo a nadie. No puedo ver a nadie. Estoy
cansada. Me termino. Me hundo. No puedo hablar ¿Qué espero?
18 de marzo,
lunes
Suicidarse es poseer aquella máxima lucidez que permite reconocer
que lo peor esta ocurriendo ahora, aquí.
Los rostros en la calle. Nadie quiere ser paisaje.
1964
4 de marzo
Si me preguntan para quien escribo están preguntándome la
identidad del destinatario de mis poemas.
Me preguntan para quién escribe.
La pregunta para quién
escribe garantiza, tácitamente, la existencia de un destinatario de mis
poemas.
De modo que somos tres; yo; el poema; el lector= descifrador.
Memoria amparadora.
La cuestión para quién escribe.
Si me preguntan por el destinatario de mis poemas.
1965
12/III
¿Por
qué necesito humillarme?
¿Por
qué necesito llamar a quien no quiere venir y por qué me entristece recibir a
quien llega con deseos de verme? ¿Por qué el amor de alguien a mí infunde en mi
odio por ese alguien y por qué la diferencia de cualquiera me fascina?
1967
22/XI/67
Ayúdame a no pedir ayuda. (Ayúdame a no pedir ayuda en el
exacto momento en que necesito pedir ayuda porque nadie me ayudará, aun si no
la pido, nadie me ayudará en el exacto momento en que necesito ayuda.)
1971
13 de febrero
Aparentemente
es el final. Quiero morir. Lo quiero con seriedad, con vocación íntegra.
9 de octubre
Van
cuatro meses que estoy internada en el Pirovano.
Hace
cuatro meses intente morir ingiriendo pastillas.
Hace un
mes, quise envenenarme con gas.
Las
palabras son más terribles de lo que me sospechaba. Mi necesidad de ternura es
una larga caravana.
En
cuanto al escribir, sé que escribo bien y esto es todo. Pero no me sirve para
que me quieran.
Decir que me abandonaste sería
muy injusto; pero que me abandonaron,
Y a veces me abandonaron
terriblemente, es cierto.
KAFKA
21 de noviembre, domingo
El
domingo pasado traté de ahorcarme. Hoy no dejo de pensar en la muerte por agua.
Nada me haría, mejor que ver a Renée C.
Un
título: el lugar perdido.
Las
perras palabras.
El
miércoles 10 salí del Pirovano en el que estuve cinco meses.
1972
25
de septiembre de 1972 muere Alejandra Pizarnik