sábado, 8 de diciembre de 2012

Palabras Que Matan.

(Enfermedad del Unicornio Azul)


Me inventan un nombre que no
existió, una idea absurda del irse
y del no regresar; tú y ellos me
han tirado a la tierra mojada
por aquellos textos besados
por el tiempo amarillo que
entona mi muerte.

Yo, M. moriré pero no sobre
su papel insulso, lo haré bajo
mi nombre, bajo mi interesante
enfermedad a la que nadie
nació para serla vivida.

El ser humano, con su mente tan diestra y llena de pesados egos, te enreda con su habladuría
hedionda y poca azulada; te imaginas querido mío, aquellos que han inventado las palabras que matan, con solo escucharlas tu vida eclosiona, el tiempo que ha pasado lento se irá aun más lento, en un sin fin de agonizantes olores el aire se espesa y el querer existir se aferra a tu piel y tu espacio en el tiempo como una costra bajo las rocas de mar.
Estas palabras como:

·        Paraparesia espástica tropical



·        Síndrome de enclaustramiento

·        El trastorno límite de la personalidad

¿Que pensarías si te nombraran tan infame nombre, en tan infame silencio, como el color de las habitaciones en forma retorcida, con olor a nafta e infecciosa limpieza?; el cerebro no omite tal queja y solo lleva impulsos nerviosos hasta tu sistema ejecutivo, pues lo único que conoce a la perfección es la palabra “MORIRAS”  y no hay remedio algunos para evitarlo.  La insipidez y lo incoloro de tan retorcido nombre hace más que apuñalarte hasta tu último existir, no bailas, no cantas, no sueñas; pero sueñas con la herida que se abrió y no se cierra, de resto no sueñas, no eres, no existes, no eres tu, ¿entonces, que eres?

¿Cómo puede el ser humano que ha sido ligado a una “perfección” no suministrada crear tan detonante eufemismo?, quizás, si la muerte cambiara de nombre, por uno simple, puro y ridículo por el color en que se encastra la muerte.  La palabra que mata” seria suave y apaciguada de forma tan leve que nadie sentiría pena ni el dolor abriría las puertas de tus ojos.

 - Sufro la enfermedad del unicornio azul, un soplo en el cerebro que produce un infarto en el mismo matando así una parte de él.

 - Sufro el síndrome de las caritas emotivas, mi personalidad es desordenada y no tiene un estado móvil para manejar según la situación.

Esto, simple y sencillo, quita dureza, y sin sentido alguno te burlas de quien te espera cada 12 de la noche bajo el costado de tu cama; quien muere si no has muerto, puesto que nadie te ha sentenciado a cargar tan inquieto nombre al que no conociste, al que no viste, a quien existió pero ni idea de cómo sucumbió.

Sí, me voy y el barco ajeno ya no lo es más, me hundo bajo una enfermedad acabadora y lúgubre, justa de lo que pasa, adornada con fantasías azucaradas, prefiero decir he muerto, moriré; he muerto bajo el síndrome del unicornio azul y no de la palabra nacida para matar.

 

 




 

No hay comentarios:

Publicar un comentario